Tomado del Libro Voz de los Ángeles Sanadores de Marie Lise Labonté
El Desprendimento no es algo que pueda verse desde el exterior, porque es un estado, un estado interior. Reside en la energía del corazón. Es un acto de amor incondicional, un acto expresado a través de una actitud.
El desprendimiento no está necesariamente en las acciones. Procede del conocimiento de vuestra propia esencia y de saber que ningún objeto, ningún ser humano os pertenece. Pensar lo contrario es pura ilusión. Sabemoeue os resulta desagradable oír esto, porque queréis poseer a los demás, queréis que os pertenezcan. No es sólo que os hagáis la ilusión de controlar a vuestro entorno, a las personas a quienes decís amar, incluso a los objetos, es que realmente lo creéis.
Vivir con desprendimiento es reconocer que el otro es una criatura divina, es un alma libre que os ha escogido para vivir con vosotros una experiencia terrenal.
Cuando más capaces seáis de reconocer las emociones que os atan a un ser, tanto mejor las podréis sanar, desprendiéndoos así de ellas. Las relaciones que tenéis con los seres humanos difieren de unos a otros, porque cada persona tiene una vibración distinta. Además, con algunas personas tenéis vínculos kármicos; con otras, no.
Con las almas con quienes los tenéis, existen muchas razones, muchos recuerdos para estar atados, porque ya estuvisteis unidos en otras vidas. Por eso es importante reconocer cuáles son los vínculos que os atan a las almas que viven a vuestro alrededor.
Cuanto más conscientes seáis de que esas almas no os pertenecen, de que vosotros no podéis salvarlas, de que no podéis elegir el momento de su muerte, de que no podéis liberarlas, tanto mejores serán vuestras vibraciones. Debéis respetar la vida sin ataros a ella.
Sed concientes de lo que os ata...Si os decimos que el desprendimiento se vive en la energia del corazón es porque la distancia que supone es un acto de amor. No es un acto de indiferencia, todo lo contrario. El desprendimiento es desinteresado, incondicional.