Por qué será que aún sabiendo que tenemos que hacer cambios en nuestras vidas o ser firmes y tomar decisiones, no lo hacemos? Dejamos que el tiempo transcurra, no hacemos nada, solo apaciguar las situaciones o darles soluciones temporeras (creemos que son soluciones), pero no cortamos de raíz o no llegamos a la raíz del asunto. A veces sabemos lo que debemos hacer pero hay un velo muy fino sobre nuestros ojos que no nos permite ver con claridad. Lo dejamos pasar y lo dejamos pasar…
Pero llega un momento que la carga se vuelve pesada o se cae el velo que había sobre nuestros ojos. Entonces nuestro interior exige ACCION. Si no actuamos creamos en nuestro interior (y exterior) una guerra que nos lleva a la depresión, al sufrimiento; nos convertimos en seres infelices buscando aliviar nuestras almas con el consumismo desmedido, el alcohol, las drogas, el chisme, nos aislamos, etc..
La ACCION exige una gran voluntad, comprensión y mucho valor…
Lo maravilloso es que esta ACCION tendrá como recompensa una gran
PAZ interior.
Somos instrumentos del Universo para llevar a cabo el Plan Divino, el mismo que cada uno de nosotros ha ido preparando en nuestro caminar por la vida.
Se pierde la materia pero crece el espíritu. ¿Y qué es lo que realmente somos? ¿No es espíritu?
Ante lo extremadamente materiales y densos que somos, el espíritu busca recuperar su lugar. Y en un conjunto de materias, los espíritus buscando su espacio, llega el caos que regenera.
Creando el balance, llega la Paz.
La luz de Dios ilumine nuestras vidas y nos conecte con la verdadera felicidad que proviene del alma