Las cuatro velas se quemaban lentamente.
En el ambiente había tal silencio que se podía oír el diálogo que mantenían.
La primera dijo: – ¡YO SOY LA PAZ! Pero las personas no consiguen mantenerme. Creo que me voy a apagar.
Y, disminuyendo su fuego rápidamente, se apagó por completo.
Dijo la segunda: – ¡YO SOY LA FE! Lamentablemente a los hombres les parezco superflua. Las personas no quieren saber de mí. No tiene sentido permanecer encendida.
Cuando terminó de hablar, una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó.
Rápida y triste, la tercera vela se manifestó: – ¡YO SOY EL AMOR! No tengo fuerzas para seguir encendida. Las personas me dejan a un lado y no comprenden mi importancia. Se olvidan hasta de aquellos que están muy cerca y les aman. Y, sin esperar más, se apagó.
De repente… entró un joven y vio las tres velas apagadas. -Pero, ¿qué es esto?. Deberíais estar encendidas hasta el final.
Entonces, la cuarta vela habló: – No tengas miedo: mientras yo tenga fuego, podremos encender las demás velas. ¡YO SOY LA ESPERANZA!
El joven, con los ojos brillantes, agarró la vela que todavía ardía… y encendió las demás.
¡QUE LA ESPERANZA NUNCA SE APAGUE DENTRO DE NOSOTROS!
¡…y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta que los jóvenes necesitan para mantener la Esperanza, la Fe, la Paz y el Amor !!!
Dios hecho hombre en la persona de Jesús, vino al mundo y vivió entre nosotros y él nos anunció.
Yo soy el camino, la verdad, y la vida. (Juan 13,6)
Si ponemos nuestra esperanza en Jesús, el mundo cambiará, porque él nunca nos fallará.
Aunque parece que el mundo está autodestruyéndose y que las cosas van mal, tened en cuenta que Jesús nos dijo: En el mundo tendreis tribulaciones, pero ánimo, que yo he vencido el mundo. Juan 16, 33.
Aunque parece que el mundo está autodestruyéndose y que las cosas van mal, tened en cuenta que Jesús nos dijo: En el mundo tendreis tribulaciones, pero ánimo, que yo he vencido el mundo. Juan 16, 33.
Esta es nuestra esperanza. Amigos, ¡¡¡mantened siempre esta llama encendida !!!
Cuatro velas se estaban consumiendo tranquilamente. El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas.
La primera dice: “¡Yo, soy la Paz! A pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.”
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.
La segunda dice: “¡Yo me llamo Fe! Infelizmente soy superflua para las personas. Porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome.”
Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y ésta se apagó.
En voz baja y triste la tercera vela se manifestó: “¡Yo soy el Amor! No tengo más fuerzas que quemar. Las personas me dejan de lado porque solo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquellas que están a su alrededor.”
… Y también se apagó.
De repente entró una niña y vio las tres velas apagadas. Y dijo: “¿Qué es esto? ¡Ustedes deben estar encendidas y consumirse hasta el final!”
Entonces, la cuarta vela, habló: “No tengas miedo niña, ¡mientras yo esté encendida, podemos encender las otras velas!”
Entonces la niña tomó la vela de la ESPERANZA y encendió las que estaban apagadas.
Que la vela de la ESPERANZA nunca se apague dentro de nosotros.
Salmos 27:14
Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!
Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!
Salmos 42:11
¿Por qué voy a inquietarme?¿Por qué me voy a angustiar?En Dios pondré mi esperanza,y todavía lo alabaré.¡Él es mi Salvador y mi Dios!
¿Por qué voy a inquietarme?¿Por qué me voy a angustiar?En Dios pondré mi esperanza,y todavía lo alabaré.¡Él es mi Salvador y mi Dios!
Romanos 15:13
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.