Veo paz; hablo paz; vivo partiendo de un corazón en paz.
Mi corazón rebosa de paz.
Sé que cada palabra que hablo y cada pensamiento
que sostengo tienen un impacto en mi mundo.
Estoy consciente de hablar partiendo de un corazón afable.
Me siento tan feliz por cocrear un mundo que funciona para todos.
Apoyo dicho mundo demostrando amor y gratitud por toda la vida…
Desde este lugar de paz profunda,
respiramos profundamente una vez más
y culminamos este momento de oración.
Sabemos que la energía de este momento devoto,
se verterá a nuestro alrededor para bendecir nuestro mundo.
Al pasar momentos de oración y meditación,
solo o en compañía de otros,
fomentamos la energía del bien de Dios en el mundo.
Estamos unidos en el amor divino y permitimos que éste fluya en todas las direcciones.
Sentimos gran gozo y agradecimiento por estos momentos de oración.
Con corazones llenos de fe y esperanza dejamos ir,
sabiendo que el bien que deseamos surgirá.
Así es… Amen.