CANTO DE GRATITUD
En un lento amanecer en el que mi corazón estaba triste y entre mis somnolencias oraba, rogué con plegarias cargadas de quejas y reproches. Entonces los cielos abrieron para mí sus puertas y dije:
Por favor líbrame de estas actitudes que me hacen daño, y me respondieron:Te dimos la capacidad de cambiar; de ti depende usarla.
Pedí paciencia, y me respondieron: Es a través de las dificultades que la construyes.
Pedí felicidad, me respondieron: Te dimos las bendiciones; de ti depende valorarlas y disfrutarlas.
Pedí que me evitaran tanto dolor y sufrimiento, y me respondieron: En tus propias manos está la posibilidad de apretar o de soltar. El dolor te induce a mirar no con los ojos de tu mente y tus apegos, sino con los del alma que no sabe nada, debes haber hecho algo para merecer lo que tienes.
Pedí que me ayudaran a crecer, y me respondieron: Tú mismo podrás decidir día a día si creces. La vida misma podará tus ramas para que tus frutos sean dulces y abundantes.
Pedí tener la posibilidad de disfrutar lo que yo quisiera, y me respondieron:Ama y agradece lo que tienes y así abrirás tu corazón a encontrar lo que tú quieres.
Pedí que me ayudaran a amar a los demás como a mí me aman, y me respondieron: No esperes que las personas sean como tú quieres, mejor reconoce en ellas a tu propio espejo.
Te invito a que tu día sea un canto de gratitud y de alegría a que disfrutes los presentes que Dios ha enviado para ti.
Desconozco su autor
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