10 Consejos para escuchar la Voz de Dios.
Consejo 1: Cerrar los ojos
Si queremos escaparnos del mundo durante un momento y permanecer algún tiempo en nuestro interior, si queremos escaparnos del mundo durante un momento para volvernos hacia adentro y buscar la Paz, la aceptación o la comprensión que deseamos; el primer paso debe ser cerrar tus ojos.
No te estamos diciendo que cierres tus ojos mientras estás conduciendo o caminando, sino más bien cuando te encuentres en un lugar calmo y apacible en el que puedas sentarte y cerrar tus ojos.
Si los ojos son la ventana al alma, los ojos son también la entrada al mundo. Cuando cierras tus ojos, cierras también la puerta al mundo. Eso no significa que el mundo deja de existir y que la conciencia que tienes de él desaparece; sólo significa que dejas de estar concentrado en aquello que parece estar afuera tuyo y que eres capaz de concentrarte en tu interior.
Cerrar los ojos es un acto muy simple y sin embargo es en verdad un compromiso para volvernos hacia nuestro interior. Es la voluntad de suprimir todo estímulo y distracción externa (aparente mente externa) y cerrando los ojos le permites a aquello que, siendo aparentemente oscuro, sea lo que es. Es la voluntad de volvernos hacia nuestro interior y sentarnos en esa apacible oscuridad.
En teoría no parece ser gran cosa, y sin embargo es un enorme compromiso volvernos hacia nuestro interior y permitirle a nuestros ojos que permanezcan cerrados, permitiéndonos sentir a salvo y sentirnos cómodos con nuestros ojos cerrados. Y así, cualesquiera sean los pensamientos que afloren con respecto al mundo, ya sea que provengan de un sonido que escuchas, de un pensamiento que pienses o del que te vuelvas consiente; tú solamente permites que se desvanezcan y así continuas con tus ojos cerrados, concentrado en tu conciencia interior en esa apacible oscuridad.
Cerrar los ojos bien puede algunas veces hacer que estemos mucho más consientes de nuestros pensamientos. Y estas son buenas y malas noticias. Algunas veces no queremos estar consientes de nuestros pensamientos y esta es una buena razón para dejar tus ojos abiertos y seguir ocupado y distraído. Pero al volvernos consientes de nuestros pensamientos podemos comenzar a cambiar nuestra experiencia de ellos, cualquiera sea la forma que deseamos. En muchas ocasiones, cerrar los ojos es el primer paso para poder estar realmente consiente de aquello que estamos pensando y de cómo nos sirven los pensamientos.
Entonces, durante los próximos días en toda oportunidad en la que puedas sentarte en un lugar seguro y apacible, cierra tus ojos y observa qué es lo que surge en tu mente y observa también cómo reaccionas ante ello. Simplemente permítete permanecer sentado, con tus ojos cerrados, sentado.
Simplemente permite que tus pensamientos pasen por tu mente, y ofrécete la experiencia de volverte a tu interior.
¿Qué es lo que te sucede cuando lo haces? ¿De qué te vuelves consiente? ¿Qué pensamientos surgen? ¿Qué sentimientos? ¿Te vuelves de alguna manera ansioso, nervioso o vulnerable? ¿Te sientes a gusto, a salvo, relajado? ¿Comienzas a tener pensamientos relacionados con todas las cosas que tienes que hacer? ¿Comienzas a tener pensamientos relacionados con todas las cosas que no has hecho lo suficientemente bien o rápido? ¿Qué alborea en tu mente cuando cierras tus ojos, cuando lo haces con toda intención y observas qué viene a tu mente? Estos pocos pensamientos de los que eres consiente cuando cierras tus ojos, son los que siempre están ahí en relación con el pensamiento de cerrar tus ojos.
Por ende, si es difícil dar el primer paso en la meditación y sentarse cómodamente y cerrar tus ojos y volverte a tus adentros, se debe a estos pensamientos que alborean en tu mente cuando te dispones a cerrar tus ojos y volverte hacia adentro. Y cuando estás consiente de ellos, cuando los observas y los reconoces, te das cuenta que no hay nada que temer, no hay nada que motive que te sientas ansioso y que probablemente ésta puede ser una experiencia relajante y confortable. Habrás de descubrir qué es lo que te sucede a ti cuando hagas esta práctica, cuáles son tus resistencias y comiences a hacerte consiente de los beneficios de sentarse apaciblemente con tus ojos cerrados. Volverte hacia tus adentros y tener una conexión interna contigo – una experiencia de ti mismo- es verdaderamente lo que buscamos. Y permitirte cerrar tus ojos es una hermosa transición hacia esa dirección.
Entonces, durante los próximos días en cualquier oportunidad que se te presente en la que puedas sentarte en un lugar seguro y apacible, cierra tus ojos y observa qué aparece en tu mente y observa cómo reaccionas ante ello. Permítete estar así sentado, con tus ojos cerrados y dejar que tus pensamientos deambulen mientras te regalas a ti mismo la experiencia de volverte hacia tu interior.
muy lindo mensaje necesitamos paz interio para descubrirnos y para amar
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