10 Consejos para escuchar la Voz de Dios.
Consejo 4: Pidiendo Señales
Consejo 4: Pidiendo Señales
Existen infinidad de maneras de escuchar la Voz de Dios en el mundo. El Espíritu Santo puede utilizar todo como una oportunidad para comunicarse con nosotros.
Una de las maneras más comunes en que las personas escuchan esta Voz, sean conscientes de ello o no; es pidiendo señales. Estas personas bien pueden tener dudas o inquietudes sobre un tema en particular, bien pueden no saber qué hacer y repentinamente algo les sale a su encuentro.
Este “algo” puede ser alguien que inesperadamente llama por teléfono, escuchar una conversación en un almacén y de pronto esta persona sabe qué debe hacer. Quizás no ha pedido conscientemente una señal pero algo del universo ha llegado hasta ellos para ofrecerles exactamente lo que están buscando. Quizás la señal no esté directamente relacionada con el tema o la pregunta, pero a pesar de todo la señal responde la inquietud, y, en líneas generales desde un lugar totalmente inesperado.
Este es un escenario muy común entre las personas. El Espíritu Santo está siempre con nosotros, seamos conscientes o no de su presencia, y el Espíritu Santo siempre responde nuestras preguntas, nuestras preocupaciones y nuestros pedidos de ayuda, los hayamos formulado conscientemente o no.
Y así es como las personas reciben comunicación de Dios todo el tiempo, aunque no siempre la reconocen como tal.
Sin embargo, tenemos la alternativa que nos permite preguntar de manera consciente, de preguntar como hábito, de hacer que el hecho de preguntar sea una experiencia con la que podemos contar y esperar. Cuando abrimos la puerta al Espíritu Santo, tal como sugerimos en el Consejo Nº 3, iniciando un diálogo, una comunicación; también podemos pedirle al Espíritu Santo que se comunique con nosotros a través de señales. En particular, podemos decir “Espíritu Santo, por favor entrégame una señal que yo pueda identificar claramente que proviene de Ti, una señal que yo pueda recibir y así saber exactamente qué hacer en esta situación”.
Cuando practicamos de esta manera, sin hacerlo en un estado meditativo, es decir siempre cerrando nuestros ojos para pedir y recibir mensajes; podemos adentrarnos en el mundo de una forma absolutamente natural, estando conscientes de todo aquello que nos rodea.
En otras palabras, todo tiene que ver con estar presentes y al hacerlo podemos pues recibir señales. Siempre están allí, esperándonos, el tema es que nosotros estamos generalmente ocupados, concentrados en otras cosas. Una vez más, nuestras mentes están inquietas, ansiosas y no somos conscientes de las señales que se nos brindan. Pero la verdad es que esas señales están siempre allí y pueden llegar en diversas formas, en una película, libros, conversaciones, acontecimientos en el mundo, en la oficina o mientras conducimos el auto. Escuchamos un programa de radio, recibimos un correo electrónico, no importa la forma, todo puede ser empleado por el Espíritu Santo como una señal para comunicarse con nosotros.
En los días por venir, practica este ejercicio. Cuando te despiertes por la mañana, tómate un momento antes de salir de la cama. Inspira profundamente, conéctate con el Espíritu Santo de la forma que mas te sientas a gusto y pídele al Espíritu Santo que se comunique contigo a través de una señal. Pídele ayuda para estar atento para recibir esa señal, para estar en el presente, para estar atento a todo lo que sucede, con quien te encuentras a fin de poder recibir la señal. Puedes, de ser necesario, formular una pregunta y pedir una señal como respuesta. Ten presente que cuánto más practicas, más fácil es.
Cuando comencé a preguntarle al Espíritu Santo cómo escuchar Su Voz, a través de Candace hace ya 10 años, no podía escuchar nada en mi interior. Hacía de todo y sólo escuchaba silencio. Así fue que el Espíritu Santo comenzó a trabajar en mí y empecé a pedir señales. Al principio, tardaba cinco días en recibir una señal pero luego fueron cuatro días, luego tres, dos y así se transformó en algo fácil donde ningún esfuerzo era necesario.
Por lo tanto, y durante los días por venir, practica este proceso. Pide una señal, ábrete y desea recibirla. Te sorprenderá ver que cuanto más practicas, más fácil es recibir comunicación del Espíritu Santo.